Pero
Daniel se propuso no contaminarse con la comida y el vino del rey, así
que le pidió al jefe de oficiales que no lo obligara a contaminarse.
Daniel
1:8
Si de
esta forma imitamos a Daniel, el Señor nos dará la gracia y nos hará entender su
pensamiento y lo compartirá con nosotros. En nuestra comunión con Dios seremos
transformados al diseño original que él ha creado para nosotros, por eso es que
la decisión de no contaminarnos es decisiva en este cambio.
Cuando
Dios quita ese corazón de piedra y pone en ti su corazón de carne tienes que
mantenerlo limpio, cuidarlo, guardarlo como un gran tesoro y tomar la decisión
diariamente de no contaminarlo. (Romanos 5:3-5)
Sobre
toda cosa guardada, guarda tu corazón; Porque de él mana la vida.
Proverbios
4:23
Nuestro
corazón es el lugar donde habita Dios, allí habita su presencia por eso debemos
de guardarlo de:
1.
La
incredulidad (Hebreos 3:12)
Muchas
veces creemos que no somos incrédulos pero en realidad no confiamos, Porque no
tenemos fe para creer. Dios cumple sus
promesas.
2.
El
enojo (Efesios 4:31)
Quita
todo espíritu de enojo, más bien busca un espíritu perdonador. Estad siempre gozosos.
3. La falta de oración (Proverbios 28:9)
Dios
repara nuestro corazón en su presencia, prepara un lugar para él. Ora sin cesar.
4. La hipocresía (Lucas 20:46-47)
A Dios
no le gustan las personas en dos aguas o eres de Dios o no la eres, pero no
puedes estar que eres cristiano para la iglesia y en la calle no lo eres. Habla siempre la verdad.
5.
La
falta de perdón (Colosenses 3:13)
El
perdón te libera y trae paz a tu vida cultiva
en tu vida un espíritu perdonador.
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