Los muros o murallas
Muro significa jomá, estos sirven
como protección y como barreras que separan el interior del exterior, lo santo
de lo inmundo. Cuando nuestros muros están en excelente condición, nos es fácil
mantenernos puros y apartados del pecado, del mundo, pero si nuestros muros están
caídos o con brechas somos blancos fáciles del enemigo.
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio,
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
Y renueva un espíritu recto dentro de mí.
No me eches de delante de ti,
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Y no quites de mí tu santo Espíritu.
Vuélveme el gozo de tu salvación,
Y espíritu noble me sustente.
Y espíritu noble me sustente.
Salmos 51: 10-12
Aunque nuestros muros estén en
buen estado debemos de seguir siendo diligentes para mantener los muros de protección
así (Proverbios 24:30-31). Dios nos provee de protección y seguridad siempre y
cuando estemos bajo la protección de él.
Cómo empezar a reconstruir los muros
Necesitamos estar firmes en
cuatro pasos para que la estructura de nuestros muros no se debilite.
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En primer
lugar es la oración, nuestra comunión
íntima y constante con Dios (Salmo 32:5), (Nehemías 4:4).
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En segundo
lugar es la alabanza y adoración estas son armas poderosas que podemos usar
para construir, fortalecer o mantener nuestros muros (Isaías 25:1), (Salmos 150:6).
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En tercer
lugar está la palabra de Dios, ella
es capaz de establecer muros y fronteras para encaminar nuestras vidas (2 Timoteo
3:16-17).
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En cuarto
lugar es la comunión con los santos, nuestro testimonio ante los demás y
nuestra relación con ellos tapa brechas en nuestros muros (Hebreo 10: 24-25).
Ahora que hemos caminado en este
proceso de reedificación de nuestro ser donde poco a poco Dios nos ha ido quitando
lo que a él no le agrada y nos ha ido hablando de estrategias para poner lo que
necesitamos para edificar nuestro ser. No debemos de desmayar, que no sea
solo por este estudio que tus muros están perfectos, más bien que en nuestro
caminar siempre mantengamos una vida en plena comunión con Dios para que el
vele por nosotros y cuide nuestra alma, no te descuides porque un descuido de
nuestra vida espiritual abre brechas al enemigo y él podría destruir todo lo
que Dios ha edificado.
Examina siempre tu camino.
Bendiciones .
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