Carácter de Cristo: Manso
“Bienaventurados los mansos,
porque ellos recibirán la tierra por heredad” (Mat. 5:5).
La palabra manso (‛a·náw) viene de la raíz
‛a·náh, que significa “afligir; humillar”. Es humillar ese ego y
llevarlo a los pies de cristo para ser una persona tranquila y apacible que no
ataca ni actúa con agresividad, sino que se muestra dócil. La mansedumbre cambia el corazón independiente por un corazón dependiente
de Dios. Proverbios 16:9
Moisés fue precisamente esa clase de hombre que se creía
independiente de Dios (Éxodo 2:11-15) y Dios duró 40 años esculpiendo el
corazón y el carácter de moisés. (Éxodo 3 y 4) después que Dios trabajó con él,
moisés fue el hombre más manso que haya habido (Numero 12:3).
Un ejemplo de mansedumbre que debemos seguir
Jesucristo
es nuestro máximo ejemplo de mansedumbre, su vida, su
caminar, su negación, su relación con los demás, nos muestra el camino recorrido
por el para dejarnos este ejemplo y que
sea llevado de generación en generación.
Haya, pues, en
vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús,
el cual,
siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que
aferrarse,
sino que se
despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres;
y estando en
la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la
muerte, y muerte de cruz.
Por lo cual
Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo
nombre,
para que en
el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en
la tierra, y debajo de la tierra;
y toda
lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.
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