El
mayor acto de humildad y amor que Jesús hizo fue nacer y criarse como hombre
con el fin de salvar a la humanidad (Juan 3:16). Jesús enseñó la verdad acerca
de su Padre celestial y luego entregó su vida perfecta para quitar “el pecado
del mundo” (Juan 1:29; 18:37) Dime tú, si esto no es humildad, dar tu vida por alguien
que no lo merezca.
En
esencia el amor es humildad y cuando este surge del amor es el hermoso renacer
de una verdadera relación. Por eso es que Jesús es el más alto ejemplo de
humildad porque el pago tu paga por amor.
Debemos
de cultivar ese espíritu abnegado, esa gracia y devoción pura y capaz de
negarnos a sí mismos. Necesitamos cultivar hábitos de actitud positiva en los retos
pequeños que se nos presenten en nuestro camino. No esperes la oportunidad de
hacer una gran obra; en cambio, aprovecha la primera oportunidad de ser fiel en
lo poco, y de este modo podrás avanzar, crecer e ir cultivando tu humildad.
Igualmente, jóvenes,
estad sujetos a los ancianos;
y todos, sumisos unos a
otros, revestíos de humildad;
porque: Dios resiste a
los soberbios, Y da gracia a los humildes.
1
pedro 5:5
No hay comentarios.:
Publicar un comentario