La humildad es la virtud que consiste en conocer las propias limitaciones y
debilidades y actuar de acuerdo a tal conocimiento. El término
proviene del vocablo latino humilitas. Podría decirse que la
humildad es la ausencia de soberbia.
La humildad es aquella
actitud que reconoce el propio lugar bajo la condición de criatura de Dios,
opuesta a la presunción, afectación u orgullo.
La persona
humilde reconoce su dependencia de Dios, no busca el dominio sobre sus
semejantes, sino que aprende a darle valor por encima de sí mismo.
Ciertamente él escarnecerá a los escarnecedores,
Y a los humildes dará gracia.
Proverbios 3
El
ser humildes nos hace reconocer que todo lo que somos y tenemos nos fue dado
por el padre no para gloriarnos en eso, sino para dar por gracia lo que por
gracia hemos recibido.
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno.
Romanos 12:3
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