06 junio 2017

Purificando nuestro corazón para Dios




Y aun hasta el día de hoy, cuando se lee a moisés, el velo esta puesto sobre el corazón de ellos. Pero cuando se conviertan al señor, el velo se quitará.
2 corintios 3:14-16


A veces andamos por el camino del señor y tenemos embotado nuestro corazón y sin darnos cuenta ya la palabra no nos llena, no nos revela nada el espíritu santo y creemos que vamos bien. Se ha enfriado nuestro primer amor y nuestro corazón lleva otra dirección contraria a la del padre.

Como leímos en los post anteriores la decisión de cambiar es tuya, pero cuando tú decides cambiar y volverte a Cristo y alinearte a su palabra el Espíritu Santo es quien purifica nuestro corazón y nuestra parte es ser determinada en obedecer.

Cuando el Espíritu Santo empiece a purificar tu corazón  el sacara las mezclas que hay dentro de ti y cualquier cosa no solamente lo que es pecaminoso puede causar que nuestros corazón esté mezclado. Debemos de despojarnos de todo aquello que nos contamine.

Ejercita tu corazón para creer en su palabra y en sus promesas, desecha toda incredulidad y ejercita tu fe en el Señor.


Como tenemos estas promesas, queridos hermanos, purifiquémonos de todo lo que contamina el cuerpo y el espíritu, para completar en el temor de Dios la obra de nuestra santificación.
2 corintios 7:1 NVI


Lo más importante para los judíos era la limpieza externa, la purificación ceremonial y la moralidad externa (Mat. 5:20). Las tradiciones de los fariseos tenían que ver con la purificación externa. Mat. 15:2-20 con limpiar lo de afuera del vaso más lo de adentro lo dejaban sucio y esa suciedad se vuelve mugre y cubría todo su interior.
Mas Cristo quiere limpiar lo de adentro para que eso se refleje fuera, lo que sale de adentro es lo que contamina al hombre por eso debemos de purificar lo que pensamos y lo que decimos.

Lo que se piensa y lo que se dice van ligados de la mano es por eso que debemos de renovar nuestro entendimiento día a día es difícil negarse a uno mismo pero al final será muy placentero y tendremos la satisfacción de que hemos obedecido al  Señor.


Purificar nuestro corazón para Dios conlleva obediencia, fidelidad y paciencia



Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
Santiago 4:8




Meditemos

¿Estás dejando que el Espíritu Santo purifique tu corazón y lo alinee al del padre?
¿Estás ejercitando tu corazón en obediencia, paciencia y fidelidad?
¿Tu corazón está mezclado o impuro?
¿Qué mezclas hay en tu corazón?









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